PUNTO Y COMA
El tren maya y el desarrollo del sureste mexicano
Por Yair Ademar Domínguez
Como hijo del sureste mexicano, orgullosamente nacido en Coatzacoalcos, me interesan mucho los proyectos de desarrollo para esta región del país, particularmente el del Corredor Transístmico que traerá grandes beneficios entre Salina Cruz, Oaxaca y nuestro querido Puerto México. Pero también, el proyecto del Tren Maya, una obra que detonará, como nunca, la región del sur-sureste mexicano.
Como lo ha dicho ya el propio presidente Andrés Manuel López Obrador y los responsables del proyecto, la existencia de una red ferroviaria tiene efectos positivos en la economía de un país, producto del servicio de carga eficiente, así como de los procesos y operaciones, que generan empleos en otros sectores.
Según la Asociación Americana de Ferrocarriles, un empleo directo en el sector ferroviario apoya la creación de más de un trabajo en otros sectores relacionados. Algunos de los sectores industriales que son impulsados a medida que se invierte en la industria son, por referir algunos, el almacenaje, los servicios de renta y arrendamiento, la venta de productos, los servicios financieros y de alimentos, la generación de infraestructura eléctrica, entre otros.
El Instituto de Estudios Sobre Economías Regionales de la Universidad de Towson ha calculado que por los 147 mil empleos directos que genera la industria ferrocarrilera en Estados Unidos, se han creado 474 mil empleos indirectos y 497 mil inducidos, lo que representa más de un millón de empleos. Esto representa el efecto multiplicador antes mencionado.
Los efectos directos creados por la construcción y operación del transporte férreo se encuentran, entre otros, el empleo del personal de construcción y ejecución del servicio para pasajeros y carga y el equipo de gestión asociado, así como el valor añadido de estas actividades. Existen otros efectos indirectos creados por las cadenas de producción y los inducidos, que reflejan la derrama económica de los trabajadores que tienen ingresos por la industria ferroviaria.
La vocación del proyecto del Tren Maya es social, no sólo por los miles de empleos que está generando en su desarrollo, también porque será un medio de comunicación que detonará el turismo de la región. Los estados beneficiados de manera directa serán Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, pero al final el beneficio será para todo el país.
En su visión, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha pensado en un proyecto que una la península de Yucatán con el desarrollo del país, porque esa entidad siempre se ha visto como otro país, como una entidad aislada del desarrollo del resto de la nación.
Esta entidad, al lado de Tabasco y Chiapas, vivirá una gran reactivación económica, que les permitirá impulsar su desarrollo social y cultural. La vocación de este proyecto, que implica mil 500 kilómetros de vías férreas, 19 estaciones y 12 paraderos.
Al lado del aeropuerto Felipe Ángeles, ya inaugurado y el desarrollo del corredor del Istmo de Tehuantepec, el plan del Tren Maya, permitirá acortar la brecha existente en el desarrollo de nuestro país.
“Si con el tren logramos que se incremente la afluencia turística, esto va a significar empleos, trabajo, bienestar para Palenque y para otros estados del sureste. Es un programa de reordenamiento urbano porque por donde va a pasar el tren en las estaciones se va a poner orden en cuanto a desarrollo urbano”, ha dicho el jefe de las instituciones del país.
Tiene razón, porque son los turistas extranjeros los que más divisas dejan a nuestro país. Con este proyecto los turistas no sólo llegarán a Cancún, porque tendrán oportunidad de moverse por todo el sureste del país, de una manera rápida, segura y efectiva. Los mexicanos estamos siendo testigos de hechos inéditos de desarrollo para nuestro país.
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