Francisco De Luna /
Xalapa, Ver.-Ha reducido el interés de la adopción de perros y gatos; pero contrario a ello, el abandono de los animales ha crecido de manera acelerada, tanto que en los albergues reportan saturación.
Por ejemplo, en el refugio “Ada Azul” de Xalapa hay 400 perros, pero 150 están listos para ser adoptados y pertenecer a una familia. Tienen desde seis meses a dos años y todos esterilizados, vacunados y desparasitados.
Ada Fernández, propietaria del refugio explicó que hay dueños que al adquirir una mascota, muchas veces desconoce los tratos que puede darle, incluso el comportamiento del animal “y cuando crece deben de saber todo lo que va a pasar”.
La pandemia de coronavirus empeoró la situación de vida de las mascotas, pues el abandono se volvió un tema de relevancia durante la emergencia sanitaria y por lo tanto creció el número de perros callejeros.
“En el refugio hay otros 200 perros adultos de ocho a 15 años y en su mayoría son perros criollos o pitbulls. En estos casos pedimos que los apadrinen por un tiempo y si pueden lo pueden adoptar”.
Los animalistas estiman que siete de cada diez animales de compañía adquiridos en temporadas como Navidad, Reyes o San Valentín, terminan en azoteas y en el peor de los casos abandonados a su suerte antes de llegar al año de vida.
Ada Fernández, explicó que las familias al saber que existe este refugio como muchos otros, entonces acuden a las entradas a dejar a perros y gatos de distintas edades para deshacerse de sus mascotas.
Cuando los dueños ya no saben qué hacer llegan a los refugios y ahí los abandonan, los dejan amarrados o dentro de cajas -sobre todo si se trata de gatos recién nacidos- por eso la población en los albergues sigue creciendo.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hay 23 millones de mascotas en México, de los cuales, solo 5.4 millones tienen un hogar.
Y con base a la información de los protectores de animales coinciden que a nivel nacional el abandono creció 15 por ciento, en los últimos dos años, pues la pandemia también pegó con fuerza a los animales, porque sus dueños prefirieron olvidarlos.
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