Ciudad de México, 29 de agosto de 2025. – Las comunidades indígenas en México enfrentan no solo la discriminación y marginación social, sino también la falta de atención oportuna en salud mental, advirtió la organización Voz Pro Salud Mental CDMX.
La población indígena está distribuida en todo el territorio nacional, con mayor presencia en Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Puebla y Yucatán. Entre los padecimientos más comunes destacan la depresión y la ansiedad, cuyo impacto se ve agravado por factores estructurales como la pobreza, el desempleo, la migración, la desnutrición y la exclusión histórica.
México cuenta con 68 lenguas indígenas reconocidas oficialmente, lo que lo ubica entre los países con mayor diversidad lingüística del mundo. Sin embargo, esta riqueza cultural también representa una barrera en el acceso a servicios de salud, justicia y atención psicológica. De ahí la necesidad de contar con traductores e intérpretes interculturales que garanticen una comunicación efectiva, brinden contención emocional y establezcan puentes entre los pueblos originarios y las instituciones.
La psiquiatra Evalinda Barrón, directora de Programas de Justicia Social del IMSS-Bienestar, explicó que desde el sexenio pasado se comenzó a recopilar información sistemática sobre los efectos de los trastornos mentales en comunidades indígenas. Subrayó, sin embargo, que la simple presencia de especialistas no basta:
“Es indispensable considerar la cosmovisión de las comunidades sobre las enfermedades del cuerpo, los sueños y el tratamiento de las emociones. La atención debe ser culturalmente sensible y respetuosa de los saberes ancestrales”.
El panorama no es exclusivo de México. En los pueblos indígenas de América la prevalencia de trastornos depresivos alcanza el 19.17 %, lo que revela una crisis que requiere intervención urgente y con pertinencia cultural.
Otro obstáculo es la falta de recursos: muchas personas diagnosticadas no reciben atención adecuada y, en varios casos, las familias recurren a la medicina tradicional en lugar de acudir a servicios psiquiátricos formales.
En este sentido, los cambios a la Ley General de Salud Mental de 2022 representan un avance: se privilegia la atención primaria y comunitaria, con apoyo de intérpretes y trabajadores sociales, dejando la referencia a hospitales especializados solo para casos graves, como intentos de suicidio. Además, los hospitales psiquiátricos tradicionales se están transformando en hospitales de alta especialidad con un enfoque integral, alejados del modelo asilar.
Finalmente, Barrón destacó que México atraviesa un momento de creciente conciencia sobre la salud mental, especialmente en poblaciones indígenas, afrodescendientes y personas de piel morena.
Por su parte, Gabriela Cámara, presidenta honoraria de Voz Pro Salud Mental CDMX, recalcó que el bienestar psicológico está íntimamente ligado al entorno social, cultural y natural:
“Las experiencias de los pueblos originarios muestran cómo las desigualdades políticas, económicas y culturales afectan su salud mental. Es fundamental acercar servicios de atención, educación y acompañamiento que reconozcan tanto la salud física como la mental”.
