Hora cero
Luis Alberto Romero
Han pasado 44 años del primer cargo público relevante que tuvo Miguel Ángel Yunes. El ex gobernador veracruzano ha ocupado espacios importantes tanto en el Poder Legislativo –dos veces diputado federal; y una, legislador local–, como en el Ejecutivo, donde alcanzó el puesto más importante de la estructura estatal. Además, fue subsecretario de Seguridad Pública, secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y director del ISSSTE en el Gobierno Federal, en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Además, en unas semanas será senador suplente.
En la política veracruzana, Yunes Linares tiene una trayectoria larga; a sus 71 años sigue activo y podría llegar a los 77 como senador en funciones por Veracruz; aunque aún se muestra físicamente fuerte; es improbable que llegue a 2030 –año de la siguiente sucesión en los gobiernos federal y estatal– en plenitud de facultades.
El tema de Yunes ha cobrado relevancia recientemente debido a sus declaraciones de este lunes en Xalapa. Allí, acusó una presunta persecución política en su contra y de sus hijos, Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez; el primero, senador electo; y el segundo, diputado local electo. Según el ex mandatario, el gobierno estatal veracruzano, a través de la Fiscalía General del Estado, está detrás de esta persecución.
¿Hambre de justicia o sed de venganza?
Las palabras de Yunes Linares parecen cargadas de impotencia y deseos de venganza. “Me cobraré la persecución… aunque sea lo último que haga en la vida”, declaró.
El actual gobernador, Cuitláhuac García, minimizó esas declaraciones, calificando tanto las denuncias como las palabras de su antecesor como “puro show”. García Jiménez recomendó a Yunes Linares que se ocupe de sus pendientes con la justicia. Asimismo, evitó involucrarse en la polémica; mencionó que la administración de Yunes solía caracterizarse por los señalamientos falsos y los insultos; y evitó engancharse.
En una línea similar se expresó la gobernadora electa, Rocío Nahle, quien afirmó: “yo no voy a caer en provocaciones ante las usuales groserías de este señor”.
Para Yunes Linares, el problema no se limita a las denuncias contra él y sus hijos, sino que también enfrenta un entorno político adverso y el inexorable paso del tiempo. Los años de poder acumulado, como cuando ocupó la Secretaría de Gobierno durante el sexenio de Patricio Chirinos de 1992 a 1997, parecen lejanos. En ese entonces, Yunes era visto como el hombre fuerte de la administración estatal y su fama de mano dura perduró hasta su gubernatura entre 2016 y 2018.
Sin embargo, tras esos años de gloria, llegaron los descalabros, siendo la derrota de su hijo en las elecciones de 2018 por la gubernatura el golpe más doloroso. Hoy, el ex gobernador enfrenta uno de los escenarios más difíciles desde que emergió en la política en 1980, cuando, a los 27 años, se hizo notar como un prometedor joven diputado local.
@luisromero85