PUNTO Y COMA
Por Yair Ademar Domínguez
Como promotor de la política de la Cuarta Transformación en este país, reconozco el impulso que han tenido los jóvenes en todo el territorio nacional y en la entidad veracruzana. La oportunidad que me ha dado el gobernador Cuitláhuac García Jiménez de servir como Encargado de Despacho de la Subsecretaría de Gobierno de Veracruz es una muestra de ello. Es un honor y una gran responsabilidad.
Este momento histórico que estamos viviendo no sería posible sin la integración de las juventudes. En lo personal, estoy muy agradecido por esta distinción, por permitirme, a tan corta edad, servir y aportar un granito de arena a la grandeza de la entidad veracruzana. Estoy convencido que la edad no es una limitante, porque todos tenemos mucho que ofrecer.
Agradezco desde este espacio todas las muestras de cariño y solidaridad. Sé que no asumo solo esta responsabilidad, que van conmigo muchos veracruzanos y veracruzanas, jóvenes y adultos, hombres y mujeres libres, con los que he aprendido en la política de la buena, la política del servicio, de la atención y la apertura.
La vida pública debe sustentarse en la atención, en la prudencia y en la congruencia. Debemos caminar sin prisa, pero sin pausa, buscando siempre el bien común, el bien de todos los gobernados. El pueblo bueno y sabio está convencido de que vivimos un momento único, la transformación de nuestro país continuará sembrando la esperanza.
En el último tramo de este gobierno seguiremos promoviendo la política de puertas abiertas, de atención ciudadana, porque nos debemos a los veracruzanos. Escuchar a nuestro pueblo es una tarea gratificante. Así lo ha demostrado el presidente Andrés Manuel López Obrador. Nunca perder la brújula y recordar que la gente, el pueblo es nuestra razón de ser, nuestro camino y nuestro destino.
Así lo dice en su introducción la Declaración de principios del Movimiento de Regeneración Nacional: “No hay nada más noble y más bello que preocuparse por los demás y hacer algo por ellos, por mínimo que sea. La felicidad también se puede hallar cuando se actúa en beneficio de los otros: vecinos, compañeros de estudio o de trabajo, cuando se hace algo por la colonia, la colectividad, el pueblo o el país. Estos actos nos reivindican como género humano, forman comunidad, construyen ciudadanía y hacen de este mundo un lugar un poco mejor”.
Y el primer punto es más que claro y contundente: “El Movimiento concibe la política como una vocación de servicio, como un trabajo en favor de la colectividad, como una forma de servir a México. Es una responsabilidad y un compromiso con las aspiraciones democráticas y las causas del pueblo mexicano. Buscamos recuperar la política, hoy envilecida, como un instrumento de transformación de los ciudadanos, participando en los asuntos públicos”.
Además, como integrantes de este movimiento y ahora en esta responsabilidad gubernamental, nuestro compromiso es con todas las y los veracruzanos. Estamos orgullosos de nuestro movimiento, pero en la esencia del mismo está la apertura hacia todas las expresiones políticas, porque finalmente todos son mexicanos y todos somos pueblo.
En esta nueva encomienda, nos guían las palabras de don Alfonso Reyes en su Cartilla Moral: “El primer grado del respeto social se refería a la sociedad en general, a la conveniencia de ser dueño de sí mismo y, en lo posible, agradable y solícito al prójimo. El segundo grado del respeto social se refiere a la sociedad organizada en Estado, en gobierno con sus leyes propias. Este grado es el respeto a la ley”. Así vamos a trabajar por Veracruz, convencidos del servicio a los demás y del respeto a las leyes que nos rigen.
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