Samuel Aguirre Ochoa
Me parece acertada la solicitud que el titular de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), Zenyazen Escobar García, hizo el pasado 20 de enero a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), para reforzar la seguridad a través de rondines en zonas escolares para resguardar a los estudiantes cuando entran o salen de clases. Aunque también creo que la vigilancia en las escuelas debe ser permanente porque los riesgos son constantes, tanto para los estudiantes, maestros, personal directivo, administrativo y de intendencia, como para las propias instalaciones de los centros escolares.
Los rondines de policías en horario de entrada y salida a clases en algo pueden ayudar, pero serán insuficientes debido a que los delincuentes están causando estragos en todos los espacios de las escuelas. Por ejemplo, en un Bachillerato Agropecuario de la zona norte de Veracruz, los delincuentes se han metido a los terrenos del plantel, y con armas de fuego le han disparado al ganado, dándole un tiro en la frente para luego robarse parte de la carne del animal, con lo que le generan bajas en su hato ganadero. Además de sembrar terror entre el personal de dicha institución. Están atacando a la institución en su conjunto.
O el caso de la telesecundaria José María Luis Mora, ubicada en Xalapa, en la cual no sólo han ingresado en las instalaciones a robar televisores, lámparas, lavamanos de los baños y puertas, sino que también han causado múltiples destrozos en la biblioteca, en los laboratorios y en las instalaciones en general. Por la cantidad de veces y la saña con que se ha actuado pareciera ser una agresión a la comunidad estudiantil por parte de grupos delictivos con protección política, toda vez que ya se interpuso la denuncia penal ante la Fiscalía del Estado y se han aportado pruebas de los posibles responsables y no se ha actuado en contra de ellos. Los propios vecinos y padres de familia testificaron de la veracidad de los hechos y de los presuntos responsables.
Tal es la gravedad del problema que la comunidad estudiantil ha salido a protestar, tanto a la SEV, como a Palacio de Gobierno y la Fiscalía, y no han encontrado respuesta. Tal parece que de lo que se trata es de inducir a que los padres de familia hagan justicia por propia mano para de esa manera generar un problema mayor, que pudiera traer consecuencias políticas graves, para culpar a los directivos, tal como ya sucedió en una ocasión en años anteriores. Aquí se vislumbran tintes políticos oscuros y perversos, que los maestros estudiantes y padres de familia ya han venido denunciando. Esto no se resolverá con la propuesta de Zenyazen, se requiere mucho más.
El caso al que se refirió el secretario de Educación de Veracruz en su declaración del pasado 20 de enero, fue el del cruel asesinato de un menor de edad, estudiante de un bachillerato de la zona norte del municipio de Veracruz, se trata de una terrible injusticia que causó conmoción en la Reserva Vergara Tarimoya y en todo Veracruz, por la crueldad con la que actuaron los agresores, pues le segaron la vida a un estudiante ejemplar en su desempeño académico y en su conducta personal.
Fue un joven estudioso, serio en su quehacer, integrante de la banda de guerra y deportista destacado; muy querido y estimado por sus compañeros estudiantes, maestros y que era la ilusión de sus padres, pues ambos (madre y padre) tenían que trabajar para sostener sus estudios pues son de origen humilde. La comunidad estudiantil y los vecinos protestaron enérgicamente, con el apoyo de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) para exigir se haga justicia y declararon que no descansarán hasta que ésta se haga realidad.
Pero estos no son los únicos casos, los cito a título de ejemplo y porque urge que intervengan las autoridades estatales. La prensa ha dado a conocer las agresiones de que fueron y son objeto muchos maestros veracruzanos a los que le han segado la vida y los obligan a pagar cuotas a cambio de dejarlos trabajar y vivir.
Los veracruzanos debemos estar al pendiente del problema en las escuelas y exigir a las autoridades no dejen impune los crímenes que se han cometido hasta ahora. Digno es de reconocer el esfuerzo que vienen haciendo los estudiantes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez poniéndose al frente de la lucha por frenar este delicado problema en las escuelas de Veracruz. Coincido con ellos en que no debe prevalecer la impunidad en Veracruz y me solidarizo totalmente con su lucha. También vienen luchando para combatir la inseguridad en las escuelas otras organizaciones como la Federación Nacional de Padres de Familia (FENAPAF) y algunos sindicatos. Hay que cerrar filas para detener este problema, con acciones concretas y obligar a las autoridades encargadas de mantener el Estado de Derecho a que actúen con prontitud.