REPÚBLICAS Y PROVINCIAS DE UCRANIA CELEBRAN REFERÉNDUMS
Samuel Aguirre Ochoa
Las Repúblicas de Donetsk y Lugansk, así como las provincias de Jersón y Zaporozhie están llevando a cabo referéndum para definir su adhesión a Rusia. Estos referéndums se realizarán a lo largo de 5 días e iniciaron el viernes 23 de septiembre y concluirán el 27 de este mismo mes. Si los resultados son positivos, más de 5 millones de ciudadanos pertenecientes a las áreas liberadas por la operación militar especial implementada por Rusia el pasado mes de febrero para desnazificar y desmilitarizar a Ucrania, podrían convertirse en ciudadanos rusos.
Los representantes de las Cámaras Públicas de las repúblicas populares de Donestsk y Lugask, el pasado19 de septiembre se dirigieron a sus líderes Denís Pushilin y Leonid Pásechnik con una petición para celebrar “inmediatamente” un referéndum sobre la inclusión de las regiones en el territorio de Rusia. Éstos firmaron al día siguiente una Ley sobre un referéndum para unirse a Rusia como sujeto federal.
El día 20 de septiembre miembros del órgano consultivo de la región ucraniana de Jersón pidieron al jefe de la administración militar-cívica regional, Vladimir Saldo, celebrar “inmediatamente” un referéndum para adherirse a Rusia. La región de Zaporozhie también expresó su deseo de celebrar un referéndum dedicado a la misma cuestión. El movimiento social “Nosotros, juntos con Rusia” presentó su solicitud al respecto al dirigente de la provincia, Evgueni Balitski.
Los líderes de estas 4 regiones esgrimieron como argumentos para efectuar esos referéndums que sus habitantes “quieren vivir en paz y armonía”, ya que “están cansados del régimen de Kiev”. Afirman que las autoridades ucranianas destruyeron “su industria, agricultura, educación, sanidad, así como la legitimidad y la fe en el Estado”. “Hemos puesto rumbo a la reunificación con Rusia y no daremos marcha atrás”.
Sostuvieron también, que “Cuanto antes nos convirtamos en parte de Rusia, más pronto habrá paz, entendimiento mutuo, bienestar y garantías de que estemos vivos, sanos y en libertad”. Añadieron que el “régimen antipopular de los nacionalistas” aprobó leyes que prohíben a la gente hablar en lengua rusa y leer literatura rusa, así como “distorsionó nuestra historia común hasta el absurdo, sembrando odio entre pueblos hermanos: Rusia, Ucrania y Bielorrusia”. “Hoy nosotros y nuestros hijos estamos sometidos a horribles actos de terror por parte de las autoridades nacionalistas de Ucrania, de los países de Europa Occidental y de la OTAN, que suministran armas para matar a los civiles”.
Ante estos hechos, la reacción de Washington fue rápida y violenta. A través de un comunicado, el viernes 23 de septiembre, Joe Biden, presidente de Estados Unidos advirtió a Rusia que pagará costos “rápidos y severos” si anexiona territorios de Ucrania. Biden calificó de falsos los referéndums que se están realizando en las regiones del Donbass que buscan su anexión a Rusia, dijo que no reconocerían los resultados del referendúm, por tratarse de una violación al derecho internacional. “Trabajaremos con nuestros aliados y socios para imponer costos económicos adicionales rápidos y severos a Rusia”, señaló Biden.
El G7 también se hizo escuchar “Nunca reconoceremos esos referendos que parecen ser un paso hacia la anexión rusa y nunca reconoceremos esa supuesta anexión si llega a producirse”, declararon los líderes del G7 (integrado por Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Canadá y Japón).
Y no podía esperarse otra cosa, ya que los Estados Unidos y sus socios de la OTAN han estado y están detrás del gobierno de Ucrania, enviándole armas y dirigiendo a las fuerzas armadas ucranianas con el propósito de debilitar a Rusia.
Por su parte, el presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin declaró «Se tratará de los pasos necesarios, urgentes, para defender la soberanía, la seguridad y la integridad territorial de Rusia, sobre el apoyo de la voluntad de nuestros compatriotas de decidir por su cuenta su propio futuro y sobre la política agresiva de una parte de las élites occidentales, que tratan de preservar su dominio con todas sus fuerzas y para esto tratan de bloquear, reprimir cualquier centro de desarrollo independiente soberano, para seguir imponiendo flagrantemente a otros países y pueblos su voluntad, imponiendo sus pseudovalores», dijo al principio del discurso.” Y dijo que «el objetivo de Occidente es dividir y destruir» a Rusia”.
El conflicto se está escalando y estamos al borde de una tercera guerra mundial, cuya responsabilidad recae en Estados Unidos y no en Rusia. Esta última nación no tiene dentro de sus propósitos invadir otros países, está en una acción meramente defensiva ante el cerco que le pretende imponer la OTAN. Estados Unidos, por el contrario, es el legítimo heredero de la ideología hitleriana y tiene como objetivo apoderarse de los recursos y las riquezas del mundo entero, utilizando para ello un falso lenguaje, supuestamente en defensa de la democracia y los derechos humanos.
Las clases trabajadoras de México debemos estar muy preocupados porque una nueva guerra mundial sería catastrófica para el planeta entero y debemos hacer todo lo que está a nuestro alcance para que los intereses de los grandes monopolios estadounidenses no atenten contra la existencia de la humanidad entera.