Por Gustavo Vásquez García

El agotamiento del modelo económico capitalista, en su fase monopolista, queda más evidenciado y se hace más lacerante sobre todo para las clases de ingresos más bajos, ya veíamos que incluso antes del confinamiento por la pandemia de la COVID-19 la economía mexicana se encontraba estancada, como menciona Antonio Sánchez Bernal, jefe de la División de Economía y sociedad del CUCEA de la UDG para 2019, México alcanzó un freno en el crecimiento de la economía de -0.1%. Entre el 2019 y 2020 estaba creciendo a una tasa negativa con respecto a los años anteriores, este problema se debe a que aún se resentían las consecuencias de la crisis financiera de 2007-2008, es decir, que el crecimiento económico no pudo repuntar, dejando grandes secuelas para los miles de personas en edad de trabajar con y sin empleo, además por el freno de la inversión pública, a cambio de la austeridad y los pocos incentivos a la inversión privada.

Mientras que en el otro extremo, según la revista FORBES, las fortunas de unas cuantas personas se están acrecentando a una velocidad inimaginable, los hombres más ricos del país son ahora mucho más ricos que antes de la pandemia, esta concentración de la riqueza se puede explicar también por el manejo de la política económica por parte del gobierno de la 4T, es decir, la economía no crece, las condiciones de vida de la mayor parte de la población se merman cada día más, no hay inversión en servicios de salud, educación, vivienda, obras públicas, etc., pero las familias de por sí ricas son cada vez más ricas y son menos en comparación con años anteriores, mientras que las personas en situación de pobreza crecen en número día con día.

En México aparte de toda está situación que nos aqueja, hay otro que incluso ha alarmado a instituciones mundiales, sobre todo a quienes la padecen, el problema de la inflación. Para entender de manera didáctica este fenómeno hay que considerar lo que para las familias es perfectamente perceptible, es decir, que ya no les alcanza su ingreso para adquirir los bienes y servicios que requieren, ahora el dinero ha perdido gran parte de su valor adquisitivo, lo que las familias podían comprar antes (1 año o menos, atrás) con 500 pesos, al día de hoy tienen que gastar 1000 pesos como mínimo para cubrir dicha compra, esto ocurre porque el nivel de precios ha aumentado como no había sucedido por más de 20 años, según el periódico El País del 09 de agosto la inflación se situó en 8.15% en julio de 2022 y el pronóstico es que el año cierre con una inflación de 10%. Los siguientes elementos nos pueden ayudar a entender cómo llegamos a estos niveles en los precios.

A partir de la pandemia el Banco de México apeló por favorecer la liquidez de dinero, con esto se intentaba incentivar la inversión privada y el consumo, disminuyendo lo máximo posible la tasa de interés de referencia. La baja de las tasas de interés a través de la política monetaria no se vio reflejada en las tasas activas de los créditos al no lograr que las pequeñas y medianas empresas (Pymes) accedieran a los préstamos y se mantuvieran operando para la salida de la pandemia.

Los resultados son una caída de la inversión nacional y una fuga de capitales hacia el extranjero. (Girón, Alicia, 2022)

Lo cierto es que existía fragilidad económica previa al confinamiento, dado que prevalecen el empleo informal y unidades económicas de baja productividad y la capacidad limitada del servicio de salud pública, posterior a la pandemia, la crisis actual con alta inflación y bajo crecimiento se explica dado que los mercados mundiales demandaron muchas mercancías pero la oferta no crece porque existe una ruptura de las cadenas de suministro a nivel global, dado que en el confinamiento se detuvo la producción y se cerraron las fronteras de los países productores que suministran los mercados del mundo, es decir, los grandes monopolios, lo que agudizó la crisis. Es un hecho innegable que la determinación de precios de los monopolios capitalistas, es tendencia histórica del capital, es decir, es más fácil y más rentable aumentar de manera artificial los precios que aumentar la producción.

Otro elemento a destacar para explicar la alta inflación es el pésimo manejo de la pandemia por parte del gobierno de la autonombrada “cuarta transformación” que enalteció su bandera de austeridad y realmente no se invirtieron los recursos necesarios que se pudieran evitar ingentes contagios y muertes de tantos mexicanos, pues nuestro país es uno de los que tuvo más muertes a consecuencia de la propagación del virus SARS-CoV-2; esta política económica tan restrictiva en su presupuesto frena las posibilidades de alcanzar verdadero desarrollo económico y también frena las posibilidades de contrarrestar en el corto y largo plazo los niveles inflacionarios, por tanto, se puede asegurar que con la implementación de estas políticas nos depara un futuro económico incierto, inestable e indefinido.

Como lo han explicado economistas y expertos en geopolítica, el hecho de que exista la amenaza de una invasión por parte de Ucrania a la Federación Rusa, cuya respuesta de Rusia fue frenarla y defenderse con las armas, ocasionó graves sanciones impuestas a este país, lo que también desencadenó fracturas en los procesos productivos y financieros a nivel mundial que desembocó en una elevación de los precios mundiales que terminaron afectando a las importaciones mexicanas de manera negativa, ya que estos precios se elevaron y quienes más han sufrido dicha problemática son los consumidores, ya que importamos gran parte de nuestros alimentos y otros productos.

Hasta este momento se han tratado de destacar algunos de los elementos que explican lo grave de la situación por la que atraviesa el país, es de suma relevancia subrayar que la caída en los niveles de crecimiento y el aumento generalizado de precios a consecuencia, como se mencionó anteriormente, de frenar toda la economía por la pandemia, de que cerraran muchas empresas en México y como consecuencia que mucha gente perdiera su empleo afectó la producción de bienes y servicios y la inversión pública renunció a utilizar el gasto productivo para apoyar al sector privado.

En el último de los casos se ha descrito la problemática, aquí es donde cabe destacar los cuestionamientos que mucha gente se hace a diario dada la persistente concentración de la riqueza; viviendo en un país como el nuestro, que no tiene una estructura sólida de política pública que enfatice el gasto social en educación y salud, ni ha combatido fehacientemente el desempleo ni los altos niveles inflacionarios. ¿Qué nos depara el futuro en el terreno económico? ¿Qué posibilidades hay de frenar la inflación? ¿Qué propuestas pueden realmente ayudar a las clases trabajadoras a tener condiciones más dignas? ¿Estamos acaso condenados a sufrir decepciones sexenio tras sexenio con la clase política que asuma el poder y gobierne nuestro país?

Es decir, se necesitan propuestas para responder a estas y otras interrogantes que en todo momento y más ahora, surgen en nuestra conciencia, es por ello, que en la segunda parte de este trabajo se esbozarán las líneas de acción que han tenido éxito en otras épocas o en otros países para combatir la inflación, la concentración de la riqueza, los desequilibrios en el empleo y el nulo crecimiento económico, y que el gobierno actual no propone ni lo hará, urge tener claridad de que es lo que se necesita hacer para superar estos y otros problemas y saber además que sí es posible acceder al bienestar de las mayorías como lo propone el Movimiento Antorchista Nacional, por supuesto que no se trata de hacer calca de lo que se ha hecho en otros lugares nada más porque sí, sino de tomar críticamente lo que sí pueda servirnos

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