-En memoria de los reporteros asesinados-
Livia Díaz
Xalapa
Un silencio respetuoso que debería ser roto, este martes 25 de enero en México. Tal parece que cuando matan a un periodista, la gente nos acompaña enmudecida. Una actitud ceremoniosa, en ocasiones, se rompe con la presencia. Como ayer en la Plaza Lerdo, algunos colectivos. En tanto, multitud de jóvenes piden «no más». Es la mayoría de reporteros, con hijos, con sueños, con deseos de servir. Aquí ninguno desmaya ni abandona a la noticia, a pesar del riesgo de vivir en el estado de Veracruz tundiendo teclas a favor de la libertad de expresión. Pero ayer también se repitió otra fecha, la del avionazo que, en Poza Rica, le cobró la vida a 17 reporteros hace 52 años. Además, se dió el cambio de directiva de la Asociación de Comunicadores de Veracruz (AcoVer) «Froylán Flores Cancela «. Allí, el Secretario Ejecutivo de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (Ceapp) Israel Hernández Sosa, dijo que está dándose la asociación y unidad en el territorio veracruzano, la que sería una buena noticia (pensamos) si las razones fueran otras. Este lamentable día, de duelo por Lourdes, Margarito y José Luis y tantos otros… La exigencia de justicia, repite y ojalá remarque un cambio hacia una patria feliz en donde con información se nutra el libre albedrío, la aspiración de democracia y del deseo de vivir y servir, en paz, tal como, a pesar de estar bajo el Péndulo de Focault, lo hace tanta gente a diario.